MANEJO DE LAS QUEMADURAS ELECTRICAS
José Félix Patiño R. MD, FACS (Hon). Oficina de Recursos Educacionales - FEPAFEM Departamento de Cirugía, Fundación Santa Fe de Bogotá.
GENERALIDADES
La variada y compleja patología que produce la electricidad es diferente de la patología derivada de las quemaduras por llamas o por calor intenso. La gravedad de las lesiones depende de tres factores principales:
a. amperaje y voltaje de la fuente eléctrica;
b. resistencia de los tejidos;
c. duración de la exposición.
Las quemaduras eléctricas son quemaduras no térmicas causadas por un agente exógeno, la electricidad, capaz de producir daño de la dermis y, especialmente, de los tejidos profundos. La fuente de energía eléctrica carece de energía térmica importante antes de su interacción con los tejidos, pero se transforma en energía térmica al interactuar con la materia biológica. Las quemaduras se deben a la generación de calor por la resistencia que ofrecen los diversos tejidos y órganos del cuerpo. Las quemaduras eléctricas, aunque comparten características con las térmicas, exhiben notorias diferencias. Típicamente causan efectos tardíos y lesiones profundas graves que no corresponden a la apariencia relativamente sana de la piel y los tejidos superficiales, los cuales pueden verse mínimamente afectados.
Además, la electricidad de por sí puede lesionar órganos vitales como el corazón o el cerebro, con o sin quemadura. Se reconocen tres clases principales de lesión por electricidad:
a. Lesión directa por la corriente eléctrica.
b. Quemadura electrotérmica por arco eléctrico.
c. Quemadura por llamas de la ignición de ropajes.
Como en otro tipo de quemaduras, cuando hay ignición de ropas se produce humo y gases tóxicos que pueden causar lesiones graves del tracto respiratorio por inhalación. La resistencia de los tejidos es variable, de acuerdo al esquema siguiente:
1. Hueso.
2. Grasa.
3. Tendon.
4. Piel (variable según humedad y espesor, callosidad, vascularidad limpieza).
5. Músculo.
6. Vasos sanguíneos.
7. Nervio
En orden decreciente de resistencia, los tejidos se ordenan así:
piel > hueso > grasa > nervio > músculo > sangre > líquidos corporales.
El hueso es el tejido que presenta mayor resistencia y, por lo tanto, genera las máximas temperaturas.
Por ello el fenómeno de las destrucciones musculares y tisulares profundas, con tejidos superficiales poco afectados, el cuadro que es tan característico de las quemaduras eléctricas. La humedad, por sudoración o por agua, reduce la resistencia de la piel, lo cual explica las muertes por electrocución que suceden en la tina o en la ducha.
El efecto directo de la corriente generalmente aparece en forma progresiva con el paso de los días y en gran parte se debe a la lesión del endotelio de arterias, venas y linfáticos. Existen otros mecanismos de importancia, tales como el realineamiento de las fibras de colágeno que puede resultar en la formación tardía de cataratas, o el de interferencia con la actividad eléctrica de órganos que poseen sistemas especializados de conducción neurológica tales como el corazón y el sistema nervioso. La lesión muscular es similar a una por aplastamiento, con la aparición de mioglubinuria, hiperkalemia y falla renal aguda. El edema y la isquemia progresiva de las extremidades son secundarias a las trombosis vasculares, al impedimento al drenaje linfático y a la consiguiente acumulación masiva de líquido en los compartimientos limitados por las fascias musculares; este mecanismo da lugar a graves síndromes de compartimiento cerrado.
La quemadura por arco eléctrico resulta del salto de la electricidad entre dos superficies cargadas, especialmente en áreas de flexión tales como la muñeca, el codo, axila o fosa poplítea. La incandescencia de las vestimentas añade lesiones secundarias térmicas por llamas y lesiones del tracto respiratorio por inhalación de humo y gases. El contacto con cables de alta tensión resulta en caídas con fracturas y trauma múltiple asociado (craneoencefálico, torácico, abdominal, pélvico). Una vez que la corriente penetra al cuerpo, su curso dentro del mismo es variable y tal curso determina la posibilidad de sobrevida inmediata.
Las lesiones cardíacas (arritmias, fibrilación ventricular, paro) ocurren con mayor frecuencia cuando el punto de entrada es una mano y el punto de salida es la otra mano; las lesiones de órganos y vísceras internas, cuando los puntos de entrada y salida están ubicados en el tronco; las lesiones del sistema nervioso central cuando el punto de entrada está en la cabeza. El daño renal, que es una necrosis tubular aguda, puede ocurrir como resultado de lesión directa o, más frecuentemente, de la mioglobinuria masiva proveniente de grandes destrucciones musculares y de glóbulos rojos.
El choque eléctrico puede producir muerte inmediata por fibrilación ventricular o por parálisis respiratoria. La fibrilación ventricular es la causa de muerte más frecuente en lesiones de bajo voltaje, mientras que en las de alto voltaje generalmente es la parálisis del centro respiratorio...
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